La luna está en su fase creciente, magnífica, enorme. Y Nur también.
Hoy ha sido uno de "esos" días difíciles. Nur y yo llegamos hace dos días de París, una ciudad que se hace muy dura con niños pequeños, y aunque ha sido un viaje muy bonito, estamos cansadas, sobre todo yo. Y el cansancio no ayuda.
Nur lleva dos noches muy inquieta; me ha dicho un pajarito que se acerca otro movimiento de tierra muy fuerte, y no me extrañaría que estas noches agitadas para los tres estén siendo por la cantidad de energía electromagnética que se está movilizando con el terremoto.
La primera mitad del día de hoy, mi hija se lo ha pasado gritando, nerviosa y muy inquieta. Se tocaba mucho la boca, así que imagino que los dientes tendrán algo que ver. Y la pérdida del mundo celeste también. ¡Qué difícil es a veces acompañar en estos procesos!
Por otro lado, ya hace tres semanas que regresamos de las vacaciones, y en este tiempo Nur ha eliminado la siesta de después de comer (la de la mañana la ha pasado a mediodía), y apenas come, prácticamente se alimenta de leche y cereales. Y yo, o mejor dicho, mi "yo", mi pequeño ego, esa parte que lo quiere tener todo bajo control, entra en conflicto. "Ahora que ya me había acostumbrado a las dos siestas..."
Y sobre la comida... uf. Sé que los bebés y los niños comen sólo lo que necesitan, y también que algunos bebés son más lactantes que otros, Mónica, la pediatra de Nur, nos dijo que hay bebés que llegan a los dos años a base de leche y cereales (con teta o sin teta) y que es perfectamente normal. Y aunque Nur sólo tiene 5 dientes (o sea que su sistema no estaría preparado para los sólidos) y está sana y fuerte (muy fuerte), hay algo dentro de mí que no termina de aceptar el que coma tan poco.
Esta tarde, desesperada, he terminado llamando a unos amigos cuyo hijo comía poco, y me han dicho que, ahora que tiene 4 años, sigue sin comer apenas, pero que como está muy sano ellos ya se han acostumbrado. También duerme poco. Como Nur, es sanguíneo, y para los niños con este temperamento la vida merece ser celebrada constantemente, y el dormir y el comer son absolutamente secundarios y puramente fisiológicos (y su fisiología parece que apenas lo necesita, además). "Son nuestros maestros", me han terminado diciendo. "Sí, lo sé..."
Así que parece que me tendré que seguir trabajando la paz-ciencia.
Algunos dias Nur come como una leona, y luego a lo mejor en tres días que apenas prueba bocado.
Más tarde he hablado con mi amigo Jose que me ha dicho que los niños que vienen preparados para la nueva vibración apenas necesitan comer, son los niños que tienen muchas alergías alimentarias, etc. Vamos, que mi hija se alimenta de prana. La Vida, por ser vida, es su alimento. Y aunque intelectualmente me parece fantástico y podría sentirme orgullosa ¿?, mi "pequeño yo", la que controla, la que exige, la que quiere que las cosas sean como "yo creo que deben ser", se enfada y lucha. Y encima Nur hoy no ha querido ni siquiera el bibe de antes de ir a dormir... será que se le ha cerrado el estómago de los nervios que le he contagiado. Y yo... todavía estoy más cansada de lo que estaba.
Creo que Nur me está diciendo: "mamá, me estoy haciendo grande..." y que también me está diciendo: "...y me da miedo"
Y a mí también, hija, pues estoy un poco perdida, como tú, lo nuevo, los cambios... a veces parecen difíciles, aunque luego no lo sean.
Y aquí hay un trabajito que hacer... flexibilidad, respeto, adaptabilidad, comprensión, dulzura, aceptación, apertura... tengo que ser junco. No me queda otra.
jueves, 8 de septiembre de 2011
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