martes, 30 de marzo de 2010

El desconocido mundo de la embarazada

La mezcla de emociones que sentí cuando confirmé que estaba embarazada tampoco la olvidaré nunca. Una inmensa alegría y una intensa emoción de complitud se mezclaban con el miedo a la gran responsabilidad que sentía sobre mis hombros, y con cientos de pequeños miedillos inconscientes que deseaban cobrar vida y que provenían de lo más profundo de mi vientre, de mi parte más inconsciente... ¿seré capaz? ¿estaré preparada? ¿tendré la fuerza suficiente? ¿estará bien colocado el bebé?... Hasta que no me hice una ecografía para asegurarme de que el bebé estaba dentro del útero no me quedé tranquila.
Aún así, fue un agosto extraño, conviviendo con esta polaridad emocional y permitiendo que todo esto se expresara a través de mí, en las tres últimas semanas del agosto más caluroso y seco que recuerdo haber vivido en Madrid.

Aprendí entonces que tenía que confiar en la Naturaleza de mi cuerpo, que el cuerpo femenino está hecho para parir, y que las hembras llevamos miles de años haciéndolo, que es algo NATURAL, y que así debía vivirlo.

En septiembre todo se equilibró. Retomé los masajes metamórficos tras el parón de agosto (herramienta terapéutica maravillosa que ma ha servido de timón para trabajar conmigo los ultimos 12 años), y a asistí a algunas clases de preparación al parto en Más Natural , donde Cristina, con su entusiasmo, y con una energía y una fuerza maravillosas, me dió las claves que necesitaba para poder llevar adelante un embarazo consciente. Y habló de algo muy importante para mí, con lo que mi ser resonaría intensamente: que las mujeres debemos recuperar el poder sobre nuestros partos.

En los últimos años se han medicalizado tanto los embarazos y los partos, que muchas mujeres se han acostumbrado a darles el poder sobre sus partos a los médicos, desconectándose ellas de su naturaleza de "hembras mamíferas", naturaleza programada para sacar adelante un embarazo y un parto perfectamente sano y natural.

Muchas mujeres no sólo aceptan, sino que piden un embarazo programado, a ser posible que incluya epidural (a veces hasta cesárea), para no sentir dolor, con lo que se desconectan totalmente de uno de los momentos más intensos y hermosos en la vida sexual de la mujer.


Grupos como la asociación "El parto es nuestro", o como la Plataforma Pro Derechos del Nacimiento , trabajan para que la mujer recupere sus derechos y para que pueda elegir cómo quiere parir, encontrando las opciones que respeten más a la madre y al bebé.
"España es uno de los países con más retraso en la implantación de las recomendaciones de la OMS para atención al parto (unos veinte años de retraso), y eso tiene como consecuencia un incesante incremento del número de cesáreas y de partos instrumentalizados. Sólo unos cuantos hospitales han tomado medidas para modernizar sus protocolos y adaptarlos a las normas de la OMS"

Así que Alex y yo teníamos más claro que nunca que queríamos que nuestro hij@ naciera en casa, siempre que yo llegara al parto "en salud", es decir sin ninguna contraindicación para ello que demandara una atención médica especializada.

Empecé a ser consciente de que lo único que necesitaba era confiar en la sabiduría de mi cuerpo, y que el tener información (que no sobre-información) de este hermoso proceso natural que se estaba dando en mi cuerpo, me daba tranquilidad y paz.

Uno de los pocos obstetras que trabajan "por libre" en Madrid atendiendo partos en casa, es Emilio Santos, quien desde el centro Urdimbre lucha pacíficamente apoyando el parto natural y en casa, y proporcionando todos los servicios que una embarazada pueda necesitar durante las diez lunas que dura el embarazo (sí, son diez lunas ;-).

Con Emilio y con Graciela, quien hasta hace poco ha sido su comadrona, hemos tenido un embarazo mimado y cuidado, basado en el más profundo respeto hacia la madre y hacia el bebé, y solamente con las pruebas médicas que han sido absolutamente necesarias... en ellos he encontrado comprensión y he podido sentirme libre y dueña de mi propio proceso. Mi más profunda gratitud hacia ambos.


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