Todo lo que he aprendido al trabajar con mi energía yin, a través la exploración de la organicidad de mi cuerpo, y a través de intentar poner la feminidad consciente al servicio de lo cotidiano, ha sido y es, un trabajo lento (yin) pero seguro. No se pierde nada, sino que se aprende a acojerlo todo.
El descubrimiento de la riqueza que el principio femenino (Shakti) aporta a mi vida, con el movimiento y las profundas transformaciones que ello conlleva, me ha llevado a encontrarme con mujeres maravillosas portadoras de una gran sabiduría femenina, y de las cuales me siento orgullosa y muy honrada de poder aprender.
El proceso del embarazo no iba a ser menos, y empezando por el periodo de la concepción de nuestro bebé, sentí que necesitaba retornar al flujo de lo femenino en mí, un trabajo que había quedado algo parado por las circunstancias vividas los meses anteriores.
En la tradición tántrica shaivista de la cual Parvathi es heredera, "las mujeres son consideradas completas espiritualmente hablando, gracias a la capacidad de dar a luz, de amamantar y del poder inmenso de la matriz y del peridodo mentrual. Para la mujer de conocimiento, en cada ciclo mesntrual hay un descenso de gracia extraordinario, y las yoginis desarrollaron técnicas para aprovechar este poder femenino generando claridad, belleza, sabiduría, longevidad, riqueza, gozo, paz, bondad, sabiduría y todo lo necesario para evolucionar."
En el seminario,las asistentes fuimos iniciadas en la tradición Kaula yoga, a través de algunas prácticas de ésta tradición centradas en la recuperación, reconexión, interiorización y el anclaje del poder femenino en nuestro cuerpo.
En una de las prácticas trabajamos con la diosa Kali, y pude conectar con ésta divinidad como nunca antes lo había hecho. Desde entonces ha dejado de parecerme aterradora y furiosa, y la siento como una manifestación de la Madre Divina en su aspecto más compasivo... pues como dice Parvathi, "para Kali todo es nirvana: el sufrimiento ella lo transforma en nirvana, el dolor, la furia... todo lo transforma en nirvana".
Y así pude aprender cómo la fuerza de la compasión puede ser expresanda y manifestada en mil formas.
Siento que éstas prácticas me han venido muy bien durante éstos meses (a mí y al bebé), y agradezco al universo el haber traido a esta maestra a Madrid, así como a la Madre Kali por su ayuda en los momentos más difíciles en los que he necesitado "quemar" aquello que ya no me servía y se lo he podido entregar a Ella para que me ayudara en los cambios de éste nuevo camino, el camino de la Madre, el camino de la entrega.
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