martes, 30 de marzo de 2010

El padre, presencia amorosa y protectora

Uno de los "descubrimientos" más importantes que hice al principio de ésta maravillosa aventura de la maternidad, fue el darme cuenta de la importancia que tiene el papel del padre en un embarazo.
Hasta entonces, siempre pensé que un embarazo es algo de la mujer, y sólo de la mujer, en donde el hombre es quien pone una semillita y ya está, ya que es ella quien lleva a su hijo en la barriga, la que tiene los cambios hormonales, la que pare... pero entonces llegó mi embarazo, con los cambios emocionales y físicos que conlleva, con sus hormonas... y descubro feliz y maravillada que la presencia amorosa de Alex, con su constante apoyo, mimo, paciencia y comprensión son el otro pilar para que ésta aventura fluya en armonía con el cosmos.

Hay muchas mujeres que tienen que llevar sus embarazos sin su pareja, o porque no la tienen o porque ésta no termina de encontrar su sitio en éste océano de emociones y de cambios que devienen con ésta experiencia; también todo mi profundo respeto y amor para las muchas mujeres valientes que deciden llevar adelante sus embarazos ellas solas, pues son mujeres fuertes a las que estoy segura que el universo apoya y mima en compensación al arrojo de ser ellas mismas y de convertirse en padres/madres a tiempo completo.

Existen sociedades matriarcales donde las redes de apoyo entre mujeres son amplias y fuertes, y la figura del padre queda obviamente en un segundo plano, a veces la figura del padre es prácticamente inexistente. Y es así como debe ser, dado el cómo están estructuradas éstas sociedades, pero en nuestra cultura, y más en las ciudades, y en nuestro modo de vida occidentalizado, siento que la figura paterna es muy importante en la tarea de traer a un hijo al mundo.

Lo que yo he aprendido, y lo que he vivido, es que el padre, en nuestra cultura, proporciona una presencia guardiana y amorosa, es un protector, tanto para la madre como para el bebé. También él tiene su papel, su proceso, su aprendizaje.

También él se enfrenta con su sombra, con sus miedos, con su fuerza, con su resistencia.

También, cuando se implica lo suficiente, penetra y conoce algo más del universo femenino, participando una vez más en el equilibrio entre el yin y el yang, en una sociedad tan enfocada a lo masculino.

Me siento muy afortunada y agradecida al cosmos por permitirme experimentar la plenitud de compartir éste proceso junto al hombre que amo, Alejandro, quien ha estado y está creciendo conmigo en éste momento tan importante para nosotros.


Te quiero mi amor

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