viernes, 22 de julio de 2011

Afrontando la pérdida del mundo celeste (parte I)

Ayer fue un día tranquilo, las aguas habían vuelto a su cauce después de dos días de tormenta emocional.
Cuando hace unos días Nur empezó a tener rabietas descontroladas sin razón aparente y llanto intenso a grito pelado, luchando con todo su cuerpo y todo su ser , Alex y yo asumimos que algo fuera de lo "normal" estaba ocurriendo.
Por un lado, Nur estuvo muy sensible durante los días previos al terremoto de Uzbekistan y a toda la negatividad emocional que mueven los terremotos, sensible a cualquier cosa que no saliera como ella quería o esperaba, sensible porque le está saliendo un diente y otros más están en camino...
Durante dos días no pasaba un rato sin llanto, rabieta y gritos retorciédose por el suelo... ha sido muy intenso, la verdad, pues llevábamos unos meses muy tranquilos, desde que nos cambiamos de casa.
Por otro lado tiene más babas de lo normal (por el diente) y jugar con un hielo la aliviaba bastante y estaba más tranquila.
La verdad es que yo alucinaba con la magnitud de las rabietas y los gritos, sobre todo de ver cómo se tiraba al suelo gritando de esa forma tan desconsolada... y como madre, en un principio no supe cómo reaccionar. No había leido nada, nadie me habia contado nada...

Así que recordé que Aletha J. Solter tiene un libro que se llama "Llantos y rabietas", y aunque no lo he leido, sentí que reaccionar con cercanía, apego y amor sería lo mejor para las dos.
Así que decidí ponerme a su lado, lo más cerca posible (lo que ella me permitiera, pues no me hubiera dejado abrazarla), y permanecer a su lado con una actitud presente y amorosa, poniendo todo mi corazón y hablándole con palabras suaves y dulces. Aunque al principio parecía que a ella le daba igual, llegaba un momento al cabo de un rato en el que se callaba, y empezaba a relacionarse como siempre, señalando las cositas que le llamaban la atención, riéndose de cualquier cosa, mirándome con ternura y amor. Entonces supe claramente que esa había sido la actitud que Nur necesitaba. Pues cuando salió del túnel oscuro de emociones en el que se había metido, ella sabía que sus mamá había estado todo el tiempo ahí, respetando y acompañando este proceso tan nuevo y extraño.

Al día siguiente le escribí un e-mail a Mónica, la pediatra de Nur. Quería que me recomendara algún libro interesante sobre el tema de las rabietas y de cómo acompañar a nuestros hijos en estas situaciones, pues presiento (y seguro que no me equivoco) que habrá más capítulos de este tipo. Su contestación, como siempre, aportó más luz y claridad al asunto:
"[...] Lo que me cuentas de las rabietas es normal, es una fuerte descarga de estrés y necesita acompañamiento y que "estéis" con lo que está aflorando en ella. El libro de Solter está muy bien, te ayuda a entender bastante el proceso, pero cuando ella habla del abrazo de contención, es importante saber que ese abrazo se da sólo cuando Nur esté preparada, durante muchas rabietas los niños no quieren ni que les toques y que estés a una distancia prudencial, por lo que hay que dejarles e iniciar el contacto cuando ellos no lo rechacen. Por último, decirte que cada diente es un duelo para Nur, porque deja de ser bebé un poquito más, y aunque está deseando crecer y ser mayor... con cada diente se mete más en el cuerpo, en la vida física, y eso al niño y a su ser le supone una pérdida del mundo celeste... se va alejando... y va entrando en su propio mundo astral de emociones caóticas y a veces densas que le desbordan y le confunden."

Qué sutil, complejo y frágil es el mundo emocional del bebé... y qué sentimientos tan profundos y misteriosos nos provoca... Cuánta sabiduría encerrada, cuánto amor esperando...
Así que mi pequeña se va adentrando en el mundo de los "mayores" poco a poco, mientras que yo voy regresando cada día un poco más a mi infancia, a mi propio llanto y a mis noches oscuras... y mientras sigamos fusionadas aprenderemos y sentiremos la una de la otra nuestros días y nuestras noches... atravesando más "noches oscuras del alma", y regresando juntas del mundo de los sueños, más fuertes, más sabias y más unidas.

10 comentarios:

Cayetana Saiz dijo...

Me encanta corazón, ¡qué magnífica eres! A Ezequiel últimamente le está pasando también eso, por tema de celos con su hermana y es muy muy complicado sobrellevarlo. ¡Qué bien hiciste!
Un abrazo luminoso

Cayetana
www.portandootroangelito.com

Maite Castillo dijo...

Que triste me resulta pensar que pierden su tiempo de bebés,poco a poco crecen y tambien perderán la infancia.Pediremos cada dia que sean bebés/niñas felices y que estén fuertemente preparadas para afrontar el mundo adulto.
No puedo evitar sentir nostalgia.
A Candela le está saliendo su cuarto diente,están siendo unas noches terribles...,pobrecita...,ojalá pudiera aliviar su dolor y su desazón.
No conocia hasta ahora nada del llanto sanador,gracias Noraya,siempre aprendo algo contigo.
Candela nunca llora,sólo el primer mes,tubo cólicos,fué horrible,tal vez se acabaron ya sus lágrimas,fueron noches eternas,con crisis de llanto que duraban horas y en las que Candela permanecia siempre en mis brazos o en los de mi madre hasta caer rendida.
Estos dias estan siendo duros para las dos.Tal vez con un llanto sanador logré sacar lo que oprime mi pecho...,las madres tambien lo necesitamos de vez en cuando...

Noraya dijo...

Gracias Cayetana!!
Me encanta el giro que le estás dando a tu blog también, ¡este es el tiempo de las mamás conscientes!!
Besitos para tí y para tu familia!!

Maite, Estás hecha una Madraza, qué suerte tiene Candela contigo (aunque ella ya sabía a quien elegía como madre, claro)
Los cólicos suele ser la respuesta rápida y fácil cuando los bebés recién nacidos lloran su trauma de nacimiento (todos lo tienen, pues venir a este mundo es su primer "descenso" y es muy fuerte) y por el estrés que acumulan de la vida aquí en la Tierra, tan densa y estresante a veces (si lo es para nosotras, imagínate para ellos...)
A veces hay cólico, hay gasecitos... otras veces sólo hay llanto sanador... y como hicisteis tu madre y tu, lo mejor es abrazarlos con mucho amor y permitirles expresar sus emociones acompañándoles con respeto. Lo bueno de saber lo del llanto sanados, es que los padres sufrimos menos porque comprendemos más, o somos más conscientes de los procesos por los que pueden estar pasando nuestros pequeños.
El libro "Mi bebé lo entiende todo" nos yudó mucho, para leerlo con sensibilidad y aplicarlo cuando verdaderamente sintamos que es así. Yo me voy a comprar el de "llantos y rabietas", a ver si así aprendo a conocer más a mi pichu...

Besitos para tí y para Candela!!!!

Anónimo dijo...

Cuando te leo siempre me transmites serenidad, con este post me sorprendes más aún porque a pesar de hablar de llantos, de rabietas y aún así lo cuentas con una calma, actúas con el corazón, por eso no te equivocas en permanecer a su lado.
Crecen y nos da un sentimiento de nostalgia, pero cada etapa es bonita, vivirla sin pensar en cuando era más pequeña o cuando sea más grande, disfrutar a su lado ahora. :)
Yo Aletha no termino de entenderla, he leído poco de ella, ningún libro, sólo por la red, pero eso de no darle el pecho para consolar por ejemplo, ¿por qué?, no lo entiendo. Y tiene otras cosas que me han encantado, como tu dices, entender el llanto como liberación de estrés, como sanador, eso me ha ayudado.
Besitos

Noraya dijo...

Hola Mar!!
Me alegro de que te llegue serenidad... Suelo escribir cuando ya he pasado la experiencia, para terminar de integrarla y transmutarla.

Sobre Aletha J.Solter... es complicado explicarlo aquí, habría que leer algún libro suyo para comprender a qué se refiere con lo del consuelo, porque ella en ningún momento deja al bebé desamparado, ni con falta de alimento... creo que no son libros para todo el mundo, que hay que leerlos con mucho cuidado y sensibilidad.

Muchas veces los bebés muy chicos lloran y aunque les demos el pecho o el biberón no les alivia... a las mamis no nos resulta fácil ver a nuestros bebés llorar, pero sobre todo cuando no nos han dejado llorar a nosotros o no nos han permitido (y nosotras seguimos sin permitírnoslo) expresar nuestras emociones. Si esto es así y todavía no hemos aprendido a expresarlas... ¿cómo podemos permitir que nuestros bebés lloren? No es fácil, pero Aletha habla con mucha sensibilidad sobre el mundo emocional del bebé, y luego cada madre se deja sentir y actúa según su instinto, que es grande y enorme y sabio...


Te mando un abrazo Mar, me encanta tu blog!

Noraya dijo...

...Pues "causalmente" acabo de encontrar este artículo:
http://naceunamama.com/396/como-manejar-las-rabietas-entrevista-con-ramon-soler-psicologo

;)

MaGiA dijo...

Gracias Noraya,
Tal y como lo cuentas el duelo de hacerse mayor con cada diente, el ganar en densidad y corporeidad y alejarse de lo etereo... no se me había ocurrido mirarlo así y cuando lo he leido me ha resonado y me ha dado para entender mejor el proceso de la dentición y la irritabilidad de nené esos días.
Abrazos celestes!

Noraya dijo...

Otro abrazo para tí, Ana! ¿Ana, verdad?

Carol dijo...

Me ha encantado esta entrada, no la había leído, y lo he hecho gracia a Magia, pues recientemente he escrito sobre nuestra experiencia con la salida de los dientes.
Tienes toda la razón en que con cada diente es un pasito más hacia adelante en su crecimiento, en hacerse más grandes. Su primer diente le salió con siete meses y medio, y me dió mucha pena, porque precisamente para mí suponía eso, que poco a poco iba dejando de ser un bebé para ser cada vez más niñas.
Gracias, un abrazo

Noraya dijo...

Hola Carol,
Me alegro de que te haya gustado...
A mí no me da pena que se haga mayor, me gusta. Aprovecho y vivo cada etapa todo lo más cerca que puedo de ella, pero confieso que me gusta que crezca y que podamos comunicarnos de forma diferente. Pero es verdad que ella lo pasa un poquito mal, es normal. Ahora nos enoontramos en ese momento de crcimiento y separación, a veces es duro para ambas... Cuento algo de esto en la segunda parte de esta misma entrada, está por ahí ;)

Gracias por pasarte,
Un abrazo,
Noraya

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