El tema del llanto ha sido y es motivo de atención constante desde que nació Nur, al princio lo pasábamos fatal intentando averiguar qué quería, a veces creíamos que tenía hambre y después de comer seguía llorando... Nos costó un poco aprender cuándo llora porque necesita comer, o tiene gases, o quiere que la cojamos y que bailemos... o porque necesita liberar su estrés a través del llanto sanador (y no es fácil, la verdad).
Cuando hemos comprobado que sus necesidades están cubiertas y que no le duele nada, dejamos llorar a Nur y liberar su estrés, permaneciendo siempre con ella en brazos, abrazándola suave y muy cariñosamente, dándole presencia y diciéndole que la queremos y que puede sentirse libre de expresar sus sentimientos. Ella llora durante un rato entre nuestros brazos, que puede ser entre 15 minutos y hora y media (alguna vez dos horas) haciendo pausas silenciosas de vez en cuando (este llanto es diferente a otros llantos), y luego se queda relajada y feliz. Después, a veces duerme como una marmota hasta que tiene hambre, y otras veces se queda relajada y espabilada mirando a su alrededor con sus grandes ojos bien abiertos y curiosos.
La pediatra de Nur, Mónica Delgado, nos recomendó un libro de Aletha J. Solter que profundiza mucho en el tema del llanto, se llama "Mi bebé lo entiende todo". ¡Para nosotros ha sido una bendición!
Así habla de los efectos secundarios que puede tener el no abrazar a un bebé cuando llora, o cuando se le deja llorar en soledad: ”... si se ignora a un niño mientras llora, puede minar la confianza que ha depositado en los padres, aprender que no puede contar con ellos cuando esté inquieto o alterado, también puede despertar sentimientos de indefensión , impotencia y miedo en el bebé y provocar problemas más adelante. ... puede hacerles sentir que no pueden influir sobre lo que les ocurre, crecer sintiéndose impotentes e indefensos, aparte de indignos, no merecedores de cariño e insignificantes.”
Esta teoría tiene muchos detractores, pues se entiende que para los padres puede ser muy difícil dejar llorar a su bebé, pero con Nur nos funciona. Igual que nosotros los "adultos" necesitamos llorar de vez en cuando, enfadarnos y gritar, igual lo necesitan los bebés. Así que le dejamos a Nur su espacio para llorar, mientras la abrazamos amorosamente y le decimos que lo está haciendo muy bien, que puede soltar, y luego se queda tranquila, despierta o dormida. Y feliz.
Cuando hay gente delante para mí es más didfícil, porque puede que me sienta juzgada, pues siempre hay alguien que sugiere algo...quizás tiene hambre, o a lo mejor tiene sed... ¿no tendrá sueño?...pero la verdad es que una madre o un padre conectado consigo mismo, puede conectar perfectamente con las necesidades de su bebé.
Poco a poco voy logrando saber cuándo Nur tiene hambre sin que llegue a llorar, solamente escuchando unos sonidos y gestos (¡Nur y sus manitas!) que sólo hace cuando tiene hambre. Para otras cosas, simplemente voy probando, aunque compruebo que el instinto maternal crece cada día y me posibilita el comunicarme mejor con mi hija.
Tanto Alex y yo somos terapeutas y hemos aprendido con los años a cuidar de nuestras necesidades emocionales para poder cuidar de las de los demás, pues es nuestra vocación y el camino de vida que hemos escogido, así que con nuestra hija no iba a ser menos.
Yo fui uno de esos bebés que no lloran nunca, quizás porque en su primera noche en el nido han aprendido que es inútil llorar porque nadie les va a hacer caso. Para la mayoría de los de mi generación fue así. No había que "malcriar" al bebé, y había que dejarlo para que "se acostumbrara".
Me gustaría que en la familia que estamos creando Alex y yo podamos llorar sin vergüenza y sientiéndonos queridos y comprendidos. Y creo sinceramente que permitiendo que Nur llore en mis brazos mientras la abrazo con cariño, ella crecerá sabiendo que no tiene por qué reprimir sus emociones, se sentirá segura con ellas, y sabrá que es amada y respetada por lo que es, con su luz y con su sombra.
martes, 18 de mayo de 2010
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4 comentarios:
Noraya...¡qué de acuerdo estoy! a veces cuesta no tratar de consolarlos... sobre todo después de un buen rato llorando, pero cuando se va aprendiendo a acompañar y ayudar en su llanto, con abrazos, caricias y palabras suaves de comprensión, se hace más llevadero. Yo después de casi año y medio de aprendizaje con mi peque aún no lo domino del todo, pero voy perfeccionándolo. ;)
Después de todo, creo que he aprendido bastante- a mí de pequeña (o no tan pequeña- hasta los 10-12 años) me "pagaban cinco duros de los de entonces" cada día que no lloraba... Así que todavía ahora me cuesta bastante, y lo hago a veces por cosas accesorias.
No me extiendo más- Me alegro de que compartáis vuestra experiencia, conocimientos y saber hacer. Un abrazo.
Preciosa entrada, Noraya. Es algo muy difícil y, al menos para mí, requiere un aprendizaje continuo porque estamos acostumbrados a acallar al bebé cuando llora, cuando llora sin motivo aparente o evidente quiero decir. Yo también pienso que, a veces, sólo querrá exteriorizar algo y sea cual sea la causa considero que dejar solo a un bebé o un niño llorando no es una buena solución.
Gracias por tu franqueza. Un beso
Hola Cocolina!
Acabo de ver tu comentario... ¿doy a entender que dejo a Nur llorando sola? ¿no, verdad?
Yo también creo que dejar llorar a un bebé o a un niño solo no es una buena solución. Es más: me parece una crueldad, en la mayor parte de casos por ignoracia, seguramente.
Un abrazo!! (te sigo!)
:)
Noraya, a mí no me has transmitido esa sensación. La lectura que hago de tus palabras es que una vez descartados posibles motivos evidentes, se suele tender a acallar al niño y tal vez lo que necesite sea sacar su llanto, llorar, desahogarse, mostrasr sus emociones... Así como hacemos nosotros. Y entonces no se trata de dejarle llorar sino de acompañarle en su llanto, de "escucharle".
Dejar a un niño llorar solo no lo encuentro adecuado, creo que probablemente rompería con más fuerza para pedir nuestra presencia.
Besitos!!
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