Recogiendo el trazo dejado por Raquel hace unos días en su blog "Madre Tierra" ("Soc Mare"), necesito expulsar esos demonios que me vienen acompañando desde que descubrí este maravilloso camino de la maternidad.
Pues resulta que el articulo defiende el derecho de las madres a tomarse "un tiempo para ellas". Pues esto ha levantado ampollas (y eso que habla de las que ya tienen hijos de más de 2 años) y se ha creado un gran debate sobre si las madres somos primero madres y luego mujeres o si nosotras somos lo más importante en nuestra vida o lo son nuestros hijos, o si me siento culpable porque me voy dos horitas a comparar comida y cosas necesarias...Guau! Increíble, no?
No solo hoy, sino en muchas ocasiones en los últimos meses he escuchado críticas de unas madres a otras, por no criar con apego, por no portear a sus bebés, por no darles pecho, por no colechar con ellos, y luego nos lamentamos si somos incomprendidas...
¿Acaso no somos todas mujeres distintas, con educaciones distintas y distintas inclinaciones? ¿No estamos aprendiendo todas de nuestros errores? ¿No somos al mismo tiempo todas madres, no amamos a nuestros hijos por encima de todo y con toda nuestra alma?
A veces da la sensación de que se está intelectualizando algo que es natural y simple... ¿tenemos que ser súper-mamis o qué?
No me canso de recordar la conmovedora entrada de Ileana aen su blog "Tenemos Tetas" llamada "La madre que somos y la madre que queremos ser"...
Creo que todas y todos deberíamos leerla, está llena de sensibilidad, comprensión y compasión hacia quienes no se pueden etiquetar como madres "de apego", hacia quienes a veces desean huir, hacia quienes no se sienten tan perfectas.
Nos falta más comprensión y aceptación con nosotras mismas, sí, pero también con las demás, con quienes no son como nosotras (y con nuestras propias madres, claro!), pero bueno! ¿vamos a ser crueles con nuestras comadres cuando sus hijos (verdaderos protagonistas de esta historia) las aman como son?
¿Y qué hay de las redes de mujeres, de "la tribu"? Aunque no es mi caso, pues reconozco que yo soy más bien tigre solitario, entiendo que la necesidad de una red de mujeres o de "tribu", es para que una pueda recuperarse emocionalmente, para que tenga esos ratitos para reunir fuerzas de nuevo y recuperar poquito a poco su identidad, si es que en algún momento se perdió. No lo sé, de verdad. Y eso que yo he elegido estar con Nur. Y he aprendido a disfrutarlo muchísimo!... pero por eso mismo, creo que lo que esta opción, dejar otros intereses para estar con mi hija (y sin tribu), no es para todas. No debería serlo... pues fácil, no es. Y depende mucho de lo que hayamos sanado antes de ser madres, y de lo que hayamos construido con los retazos de alma que hayamos ido recuperando...

Por otro lado, no todos los hijos necesitan la misma presencia de sus madres. Los hay más independientes por naturaleza, e incluso los más apegados, como Nur, pueden ser extremadamente empáticos y comprensivos con nosotras si les permitimos expresarse por ellos mismos.
Yo no he querido poner banners en "El Rumor de las libélulas" como "En mi cama somos tres", "Pro-crianza con apego", "Soy lactivista"... no quiero etiquetar de ninguna manera mi forma de maternar, quiero seguir mi propio instinto, recoger los trazos hermosos que han dejado quienes han pasado por aquí antes que yo, no sentirme culpable cuando "no puedo", disfrutar de mi hija con un sabor y un color genuinos y auténticos... aprovechar cada experiencia (sea del color que sea) para sanar y renovarme...
Soy una madre. La mejor que mi hija puede tener. La que ella ha escogido. Con mis errores, mis imperfecciones. Con mi crianza con apego, con mi libertad.