lunes, 29 de octubre de 2012

Vale, lo reconozco: soy la mamá que soy

El otro dia en casa de mi amiga Luciana, coincidí con algunas mamás muy comprometidas con la maternidad, dos de ellas habían puesto su trabajo al servicio de la maternidad que escoge acercarse al niño y conocerle mejor, abrirse, reconocer sus procesos y acompañarle amorosamente. Una de ellas da cursos de reflexología infantil (que voy a aprender YA), y la otra, es madre de día.
Hablamos de la infancia, de la crianza, de nuestros partos... y lo hicimos alrededor de una increíble tarta en forma de coche rojo de la película "Cars".
Estuvimos hablando de si nuestros hijos deben o no ver la tele, de lo que les nutre o no, mientras nuestras pequeñas venían a cada rato con alguna demanda filial. En paralelo, también hubo varios debates entre mamás e hijas por la cantidad de caramelos y de dulce que se iba a comer cada niña y que se llevaría a casa, entre otras cosas. Así pasamos la tarde...
Cuando hablo con estas mamás "Waldorf", tan comprometidas, tan calmadas, tan pacientes, siempre pienso que hay mujeres que han nacido para ser madres. Me gusta poder reflejarme en ellas, aunque soy muy consciente de que mi maternidad no es siempre vivida desde esa calma y esa claridad de ideas. 
Ellas son las que Lynn Andrews y Cristiane Northrup llaman madres "tierra". Y yo, me siento 50% madre "arco iris", lo confieso. Y más en los últimos tiempos, desde que Nur y yo hemos salido de nuestro estado de fusión emocional (y lo que nos ha costado...!).

La cuestión es que cuando salí de casa de Lu, me encontré con la madre de día en el aparcamiento, que regresaba a casa con sus dos hijas. Y para mi sorpresa, me dijo que le gustaba mucho cómo le pongo límites a Nur, y, como dijo ella, lo claro que lo tengo. Me quedé alucinada (¿en qué lo había visto?). Sus palabras, sinceras, desde el corazón, me llegaron muy hondo, sobre todo después de haber confesado que Nur ve películas de Disney, y yo con ella, porque a mí también me gustan (en medio de una explicación muy convincente que ella me estaba dando -a petición mía- de lo dañina y perjudicial que es la tele para los niños, sobre todo las películas de Disney).
Cuando subí al coche pensé que era una señal divina, que me estaban diciendo desde los mundos invisibles que no lo estoy haciendo tan mal, que siga así, vamos, unas palmaditas en el hombro, que nunca vienen mal.
Porque aunque ya he aprendido a vivir con la culpa de no haber usado un tono más dulce en un momento dado, de haberle faltado al respeto de alguna forma, o de haber invalidado los sentimientos de Nur por no encontrarme bien conmigo misma, o por haber perdido la paciencia por estar en modo "ahora yo y luego yo", sé que estos son momentos aislados en los que permito que salten los resortes involuntarios, y sé que Nur sabe que tiene una madre humana, imperfecta, que a veces se enfada y se descontrola, pero que sabe reconocer ante ella y ante sí misma que a veces no puede autogestionarse las emociones. Nur sabe que es válido enfadarse, que a veces me pierdo y no me encuentro hasta que pasa un rato, y que mamá siempre vuelve, siempre me cuenta lo que le ha pasado de una forma que yo pueda entender, y que se inventa mil maneras de hacerme feliz con lo que tiene, aunque sean sus lágrimas.
Mi hija me conoce. Sabe cómo soy. Sabe quién soy. Sabe que cuando estoy empática y feliz, que es casi siempre, es auténtico. No puedo fingir con ella. No quiero. Sería como fingir ante mí misma. Sería no validar mis propias emociones también... ¿cómo le puedo enseñar que sus emociones son válidas si no acepto las mías?
El límite más importante es el que me pongo a mí misma: no tengo que ser la madre perfecta. Estoy aprendiendo a quererme más, a entregarme más, siempre en el camino. No tengo que estar siempre feliz para que mi hija me vea contenta.
Esta es la madre que soy, pero también la que quiero ser. 


14 comentarios:

Carmen Cabrera Cabrera dijo...

A veces nos marcamos nosotras mismas unas expectativas tan altas que es imposible cumplirlas. Eres afortunada por sentirte tan yo, tan madre, tan persona, con tus defectos y virtudes, como todos.
Nur tiene una buena madre, la mejor madre, la suya.
Un besazo

Noraya dijo...

Hola Carmen!!
Pues sí, a veces las expectativas son muy altas. Cuando veo a estas madres "tierra" hacerlo todo tan impecablemente, tengo que pararme y reconocer quién soy yo de verdad, y cómo soy. Qué es lo que soy capaz de dar en cada momento. Sólo así puedo sentirme en paz con mi forma de maternar.
También veo la lucha interior de algunas madres que, siendo madres arco iris, intentan por todos los medios comportarse como madres tierra. Conozco esa lucha interior. Y me digo a mí misma que quiero ser sincera y transparente... aunque a veces duela, aunque me duela.
Este verano, después de un conflicto con Nur, me nació contarle un cuento cuando nos fuimos a dormir. La protagonista era, como en otras ocasiones, la Princesa Nur. La historia, tenía mucho o todo que ver con lo que había pasado. Pero entonces profundicé en las emociones de los participantes desde el punto de vista del narrador, poniendo palabras a los que había sentido cada uno y por qué podía haber reaccionado de tal o cual forma. Nur escuchaba con atención.
A la mañana siguiente, algo había cambiado, había una mirada de comprensión, de empatía y de complicidad distinta, más madura, más completa.
Sigo utilizando los cuentos de esta forma, a la hora de ir a dormir, y creo que ayudan a mi hija a comprender por qué una niña le ha pegado en el parque o por qué a veces nos pasan algunas cosas...
Un abrazo enorme!!

Noraya

Carol dijo...

Me ha encantado, me he sentido tan identificada...

No somos perfectas, y además ni podemos ni debemos serlo. Lo hacemos lo mejor que podemos.

Me cuesta creer que haya mamás que no levanten nunca la voz, que no se enfaden, que no hagan algo que sepan que no están bien (aunque luego pidan perdón). Creo que todas dudamos en ocasiones, incluso cuando los demás nos ven tan seguras.

Un abrazo

ika tawa dijo...

Me gustaría saber a mi como se sienten y se perciben a si mismas alguna de esas madres tierra, Noraya.
Estoy casi segura que ni la mitad de tranquilas y seguras de lo que tu y yo nos podemos imaginar, es más te apostaría que en alguna ocasión han deseado ser madres arcoíris.
Abrazos descontrolados e imperfectos!

Patricia dijo...

Tiene mucho que ver con las biografías de cada uno o una no? salir de la escuela del miedo y entrar en la del amor es cosa de generaciones y efectivamente, los peques nos escogen a nosotras. Un beso, preciosa.

Noraya dijo...

Hola Patricia,
Sí, así lo siento yo también... Sé que mi madre quiso hacerlo mejor que su madre, y yo que la mía, y al final todas hacemos lo que podemos, con todo el amor del que somos capaces de disponer...

MartIka, cada vez que te leo me entran más ganas de coger un tren y plantarme en un café al lado de tu casa para tomarnos algo. Algún día lo haré.
Un beso enorme y abrazos imperfectos para todas!!!!!!

Por cierto, vuestros comentarios, especialmente en esta entrada, me están reconfortando mucho... gracias

Noraya dijo...

Patricia, con tu permiso comparto aquí también tu última entrada:

Para las que nos encontramos en momento de criar... que no olvidemos nuestros ciclos, y que sigamos respetando nuestros silencios y necesidad de recogimiento... Aúuuuuu!

http://losojitosquebrillan.blogspot.com.es/2012/10/crianza-y-ciclo-menstrual.html

Myriam M dijo...

Me encantó, cuánta sinceridad! Un beso hermosa

Unknown dijo...

Acabo de aterrizar en este blog por casualidad buscando imágenes de cajas sensoriales y he dado con este increíble post. Estoy completamente de acuerdo contigo, todos nos perdemos alguna vez, estoy casi convencida de que las mamas "waldorf" no mantienen la calma a todas horas, también son humanas. Lo importante es ser consciente, como dices, de como somos y si la crianza está basada en el respeto en líneas generales, nuestros hijos podrán entender nuestros enfados. Muchos ánimos que seguro que vas porel buen camino, tu camino! Ah!! me presento! Soy una mama homescholer desde hace 4 años "oficialmente" porque también lo era antes de la edad escolar, y me dedico a difundir por toda España la educación libre y diferentes pedagogías alternativas, especialmente MOntessori.Sandra

Noraya dijo...

Hola Sandra,
Eres muy bienvenida al blog, te invito a darte un paseo si te apetece y tienes un rato...
Admiro profundamente a las mamás homescholer, me parece un trabajo de titanas verdaderamente.
Entro en tu página, gracias por compartir y difundir... Montessori, Waldorf, Wild, Pickler... y los amigos del pueblo, son mi inspiración más grande :)
Gracias por los ánimos, los acojo con mucho cariño de verdad.

Un abrazo muy fuerte,
Noraya

Ruth dijo...

Precioso post Noraya.
Viéndote desde cerca criar a Nur, con todo el amor, con toda la voluntad de cada día hacer que ella se emocione y vibre al descubrir y gozar de su infancia, una mala contestación no te hace "mala madre". Que tu humildad no se convierta en falta de aprecio hacia el trabajo que haces, creo que Nur ve ese trabajo y lo aprecia. Por eso te adora.


Mil besos,

Cucurrucu dijo...

Ole y ole Noraya. Me quito el sombrero. Ahora tengo trabajo:informarme sobre las mamás tierra, arcoiris,y homescholer.Espero que mi peque y el trabajo me den una tregua para buscar y leer.
Qué pena que Montessori sea una alternativa para unos pocos privilegiados...
Saludos a todas las mamás que crian con amor.

Unknown dijo...

vengo cayendo sobre este post y me encanto !! no tengo idea de las madres tierra y madres arcoiris ... pero definitivamente me veo reflejada en ti ...y resueno con todo lo dicho, gracias
me presento soy Paloma , mama de Luna casi 1año ,
vivo en mexico

un abrazo grande , me dare un paseo por tu blog saludos

Noraya dijo...

Hola Paloma,
Bienvenida al Rumor y gracias por pasar por aquí! Te invito a quedarte y a pasearte lo que quieras por aquí...
Un abrazo!

Noraya

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