miércoles, 16 de noviembre de 2011

"Respétame tú a mi..."

Ayer pasó algo muy bonito, muy significativo para mí. Nur estaba sentada en su trona, cenando, y yo con junto a ella, cuando le dije:
-"Nur, ¿por qué no te gusta el profe de natación? (matronatación)"- a lo que Nur, mirándome a la cara, dijo:
-"No".- (rotunda, contundente)
-"¿No?"
-"No"
Fueron los dos únicos "noes" de toda la tarde. Esta mañana he llamado a la piscina y la he cambiado de hora y de profe. La verdad es que las dos clases que hemos estado con el profe nuevo han sido muy estresantes, él cojía a Nur sin decirle nada y la ponía de espaldas, ella se ponía a berrear y yo la cojia y luego él me la arrancaba de los brazos y otra vez vuelta a empezar... Le llegué a decir: "Si quieres que Nur te haga caso en algo, tendrás que explicarle primero qué es lo que quieres hacer con ella". Pero en cuanto él se le acercaba, Nur corría nadando a mis brazos y se me acoplaba como una mona. ¡Cómo echamos de menos al del año pasado!

Porque cuando Nur dice "no", es que "no". Igual que cuando yo le digo "no", es que "no".
Hay algo que hemos aprendido juntas últimamente, y es a respetar los límites de la otra.
Empezaré por el principio:

Poco después de volver de las vacaciones y de haber escrito sobre mis sensaciones puérperas desde Mallorca, Nur tuvo dos días de rabietas, a raíz de los cuales cayó en mis manos un libro de Rebeca Wild que cambiaría, como lo han hecho otros en los últimos meses, el curso de este río maternal por el que me estoy dejando llevar.
Con Rebeca Wild, se retomaba el trazo iniciado con Aletha J. Solter y continuado después con Emmi Pickler, un trazo que envuelve a nuestros hijos en una crianza basada en la presencia, la disponibilidad y el respeto.
La disponibilidad y la presencia no sólo física, sino emocional. "Aquí estoy". "Si me miras, me encontrarás".
El Respeto. Wauuu... aquí es donde estoy aprendiendo más.

Primero con Aletha J. Solter, Alex y yo aprendimos a escuchar el llanto de nuestra hija, a respetar su espacio para expresar cualquier tipo de emociones, de rabia, de impotencia, de frustración. Comprendíamos que este mundo es muy denso y está lleno de novedades y estímulos, y que los bebés, que aprenden tan rápido, a veces se estresan y necesitan desahogarse llorando en brazos de su mamá o de su papá. Mónica, su pediatyra, también nos dijo que en algún momento necesitaría llorar su "trauma" de nacimiento. A través de esa escucha y de ese acompañamiento amorosos, aprendimos a conectar con las necesidades emocionales de nuestra hija, a respetarlas y ponerlas por delante de nuestras preferencias o inclinaciones. Aprendimos a reconocer esos procesos naturales en la vida de un bebé y que pueden llegar a desorientarnos y enfadarnos cuando no podemos o no sabemos conectar con estos procesos. Nur aprendió desde muy bebé, que podía contar con nosotros, que podá expresar sus emociones fueran cuales fueran, que le íbamos a apoyar igual si reía o lloraba o se enfadaba. Muchas veces, depués de un llanto sanador, se quedaba dormida en nuestros brazos con una sonrisa dibujada en su cara llena de paz.

Después llegó Emmi Pickler y el movimiento en libertad. De nuevo el respeto a los procesos de Nur, en este caso el respeto a la sabiduría de su cuerpo. De nuevo desde la disponibilidad y el acompañamiento amoroso, callado y presente. Desde los primeros meses, Nur tuvo la libertad de explorar nuevas posturas, de conquistar por ella misma nuevas posturas como darse la vuelta sobre sí misma, boca arriba, boca abajo, arrastrarse, gatear, ponerse de rodillas, descolgarse, sentarse, agarrase, levantarse, trepar, escalar, agacharse... Estuvimos con ella en cada nueva conquista que conseguía por sí misma. Totalmente presentes. Disponibles. Nunca la ayudamos físicamente a ponerse de pie o a sentarse, aunque sí estábamos ahí con palabras y gestos de ánimo y de aliento, y con preparados para abrazarla con todo nuestro cariño si se frustaba por no conseguir algo. A veces le echabábamos una manita (o un dedito), cuando veíamos que se ponía muy nerviosa, le echábamos un cable para que viera que podía hacerlo, que lograría conseguirlo. Ahora, a punto de cumplir 19 meses, es ella la que nos pide ayuda cuando no puede escalar o trepar por algún sitio. Me mira y me dice "mamá", entonces estoy ahí para ayudarla a ponerse en la postura que necesita para empezar a trepar. De nuevo, se siente respetada en sus procesos y sabe que puede contar con nosotros.

Meses más tarde, en septiembre y con las primeras rabietas y el "no" descontrolado, llegó a mi vida Rebeca Wild con su libro "Libertad y límites, amor y respeto". Un nuevo enfoque, siguiendo el trazo del método Pickler, profundizando más en todos los aspectos de la vida del niño. Aprendí a ser yo quien me pusiera límites a mí misma. A limitarme con los "noes", de esta manera, automáticamente, Nur dejó de decir "no" a todo. Porque yo también lo hice. Aprendí a fijarme en casa nueva cosa que hacía Nur, y a observar si forma parte de un proceso natural o si es una necesidad caprichosa o aleatoria. Por ejemplo, pintarrajear o jugar con el agua, así como la necesidad de trepar y escalar, son procesos naturales que se pueden permitir, pero el querer subirse a la mesa del comedor no lo es. Y ella comprende este tipo de límites perfectamente (¡son tan sabios estos peques...!)

Así, Nur está aprendiendo a respetar ciertos límites justificados, porque yo también estoy respetando los suyos, que son los que me marcan sus procesos internos de desarrollo. Este aprendizaje está siendo muy rico para mí, pues veo mucha verdad en ello, e intuyo frutos llenos de confianza y amor verdaderos. Cada día recibo mil señales de respeto de mi hija, y en esos momentos traspaso el momento, me olvido de lo que hay a mi alrededor, y siento cómo mi corazón se hincha de alegría, y cómo fluye de él más amor todavía, cargado de un profundo respeto a esa sabiduría antigua que trae Nur y que tanto me está enseñando.
Observar a mi pequeña, sus necesidades, lo que le mueve... se convierte en una meditación, en un viaje a través de la mirada y los sentidos, en el que cada día descubro que ser madre es una oportunidad maravillosa y enorme para abrirnos más al Misterio y para acojer sin reservas todo lo que este tenga para darnos a través de estas grandes almas que vienen a través nuestro con "polvo de estrellas" para iluminar un poco más este mundo...


7 comentarios:

laura Caminal dijo...

Hola Noraya, soy Laura, sigo tu blog que transmite amor y sabiduría, eres un ejemplo de madre para tod@s.
Solo quería expresarte mi apoyo en el cambio de profesor de natación.
Como ya sabes yo doy clases de matronatación y nuestra filosofía es crear un vínculo de armonía entre padres e hij@s en el medio acuático, el mismo medio en el que se han formado durante nueve meses. Una vez han nacido algunos padres-madres,olvidan que el agua es natural y por amor y protección envían a sus hij@s el mensaje del pánico al agua por el miedo de que se ahoguen.
Bien, las clases de matronatación son muy positivas para vivir el vínculo acuático sin miedos ni estres. Así pues el monitor solo es un guía y ni siquiera tiene que coger a ningún niño en sus brazos ni obligarle a hacer nada. Se trata de un espacio sagrado entre madre-padre e hij@. El monitor-a está ahí para resolver dudas, observar y abrir campos, poner material a disposición de los usuarios para crear un espacio divertido y de juegos, poner música, y mostrar la mayor sonrisa a los bebés y madres-padres para crear un ambiente plácido. exhibir la mejor sonrisa a los niñ@s y jamás forzarles.
Así que felicidades por darte cuenta y cambiarla de profe sin renunciar a las clases.
Un abrazo muy fuerte para las dos.

laura Caminal dijo...

Hola Noraya,como ves sigo tu blog y quiero decirte que eres una madre ejemplar para tod@s.
Como bien sabes soy profe de matronatación. Nuestra filosofía se basa en crear un vínculo de armonía en el medio acuático entre madres-padres e hijos. Solo somos guías, observadores, y ponemos material y medios para conseguir un espacio agradable y lúdico.
Para ello usamos la música, colchonetas, toboganes, cantamos....Pero nunca forzamos a ningún niñ@. Ni siquiera tenemos que cogerlos pq repito, es un aprendizaje que se comparte entre madres-padres con sus hij@s. Con el tiempo y la orientación personalizada del monitor-a la niña adquiere la flotabilidad.
Así que apoyo el cambio que has echo de monitor sin renunciar a las clases.
Un abrazo muy fuerte para las dos.

Noraya dijo...

Querida Laura!
Muchas gracias, me encanta poder escuchar la opinión de un profesional en este caso, en el gimnasio está mal visto que quieras cambiar de profesor, yo he dado indirectas pero si me preguntan directamente tendré que contestar la verdada, jijiji

Nur va a calses desde los 5 meses y es una montrua, nunca ha llorado en las clases a no se algún día que había mucha gente y estaba recién despertada, pero con el primer profesor nunca. Era un chico muy dulce y le metía mucha caña a Nur porque veía que ella estaba espabilada, pero con mucho amor y hablando con ella cuando era tan pequeñita... la llamaba "bruja" y le pedia todo de manera muy dulce... ésa es la única autoridad que reconoce Nur (y su madre).
A ver si puedo mandarte un vídeo de la bruja nadando este verano con 14 meses, le encanta el agua!
Te mando un abrazo enorme! Si te apetece y tienes disposición me encantaría charlar un ratito a ver cómo va todo,
Un besito enorme!!

Aquí está la entrada que escribí después de nuestra segunda clase de matronatación el año pasado... nada que ver ;)

http://elblogdenoraya.blogspot.com/2010/09/hoy-nur-y-yo-hemos-estado-en-clase-de.html

Una madre Pikler dijo...

Noraya!!! PORQUE VIVIMOS TAN LEJOS????????????????????????? quiero verte a vos y a Nur!!!! que lindo lo que me escribiste y muchas gracias, a veces pienso que me divierto tanto con sus aventuras que pierdo el criterio.... gracias por la foto de Nur!!!!! besos, con carinos y buenos aires, lucre

Noraya dijo...

Lucre!!!
Me encanta verles trepar! jejeje
El otro día estuve en una escuelita que han montado unas mamis aquí en Madrid que te encantaría, ahora mismo me pillas escribiendo sobre ello para el siguiente post mientras Nur se duerme su siestecita...
Un abrazo desde el otro lado del Atlántico!

Una madre Pikler dijo...

Noraya: me compre el libro de Rebeca Wild pero en España, espero que no tarde tres meses para llegar porque voy a ver colapsado. Los mios suben a la mesa pero luego de leerlos no los dejo más, pero claro era una accion instalada....espero que llegue pronto, lu dice mucho NO en el día y eso me asusta, espero poder resolverlo bien, besos, besos, LUCRE

Noraya dijo...

Hola Lucre!
Recuerdo que escribiste hace tiempo un post sobre el "no" muy interesante e iluminador!
Estoy segura de que lo resolverás de la mejor manera para tod@s, ya verás Rebeca Wild, continúa el trabajo de Emmi Pickler (la nombra en alguna parte del libro), te va a encantar! ;)
Besooos!

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